En en puente de Semana Santa, empaquetamos nuestros bártulos y pusimos rumbo a Seul, Corea del Sur.
¿Y que tal Seul? Pues diré exactamente lo mismo que todos los que hemos estado: Pues no tiene nada en especial que haya que ver, pero me ha gustado.
Llegamos el viernes por la noche. Por desgracia no había ningún becario para recibirnos, pero llevábamos las instrucciones para llegar a casa, lo que hicimos con casi sin problemas, porque el taxista a pesar de llevar GPS (lo llevan casi todos los taxis en Seul, vamos casi casi como en Pekín, que no creo ni que sepan que es un GPS) se perdió en los últimos 200 metros. Llegamos y salimos a cenar. Primer problema que encontramos: uummm, pues va ha ser que los menús están solo en coreano y que no hay fotos como en china... Al final encontramos un restaurante con fotos y mediante signos conseguimos pedir (tampoco, como en China hablan casi inglés). Salimos con tranquilidad a un bar donde pinchaban vinilos y nada, a eso de las 5 de la mañana volvíamos a casa...
Nos levantamos aceptablemente pronto, y pusimos rumbo para hacer algo de turismo. Fuimos al palacio, que para uno que vive en China, pues es otro más del estilo para la colección.
Paseo por el parque para ver las pagodas y como hacia hambre, metro al centro para comer barbacoa coreana.
La barbacoa decir que deliciosa, y las atenciones de Mr. Yeah, dueño del lugar, fueron geniales (lo de Yeah viene porque tenia un acento en inglés la mar de curioso al decir yeah). Paseillo por la calle, cervecita en terraza, partida a videojuegos como cuando eramos pequeños (exactamente los mismos juegos pero nosotros un poco más mayores...) y vuelta para casa.
A la mañana siguiente (mañana es un decir, porque que yo sepa volvimos a casa por la mañana) fuimos a un parque para ver los cerezos en flor y a los coreanos ver los cerezos. El parque estaba repleto y allí que estaban todos los coreanos de picnic. Después pasamos al barrio americano con sus tiendas y bares y vuelta para casa. Última noche, y que hicimos, pues salimos otra vez.
Teníamos intención de volver al centro el domingo por la mañana antes de ir al aeropuerto, peeero, va ha ser que al final no. Aeropuerto, avión, metro, taxi y vuelta a casa. Un puente de lo más interesante.
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