Primeros días en Pekín

Día de viaje (36 horas sin dormir)

Salida de Zaragoza. Ana, mi compañera comex de Pekín que también es de Zaragoza por poco no consigue el billete ya que los del aeropuerto pensaban que estaba cancelado. Al final sin problemas salimos hacia Madrid. Ya en Madrid nos juntamos la tropa de becarios de Pekín, y junto con los becarios de Shanghai y Berlín partimos hacia Amsterdam. Última quedada de becarios informática en Asterdam y 8.5 horas de vuelo a Pekín. Consigo dormir solo alrededor de 1 hora, pero al llegar a Pekín me encuentro bastante bien, total son solo las 10 de la mañana. Además mi parte del avión fue la tranquila, porque en la parte trasera no apagaron las luces y los chinos estaban de botellón. Sin problemas con maletas ni visados. Viaje perfecto, si no fuera por las horas que ha costado claro.

Pekín nos recibe con buen tiempo, algo de calor y el cielo azul (cosa rara). Ocupamos los pisos de los becarios que están de vacaciones (grande Peque) y salimos a ver si comemos algo. Primera comida en chino. Controlamos con los palillos y los platos evidentemente no tienen nada que ver con los españoles. Luego, disfrutamos de una agradable tarde comprando móviles. Dos horas después, internet de gorroneo en la tienda, 6 móviles chinos nuevos, farmaceutica que viene a ver como los guiris compran los móviles, activación de los móviles por parte del de la tienda, sueño, risas y conversaciones absurdas consecuencia del jetlag salimos de allí. Después vamos a tomar unas cervezas y cena de pizza en un hutong (callejones típicos de Pekín). Después de eso nuestro estado empieza ha ser algo lamentable y decidimos ir a dormir: 11 de la noche. Total unas 36 horas desde que me desperté en Zaragoza...

Día 2: Comienza la búsqueda de piso (y continuamos durmiendo poco)

El tiempo cambia. Cielo cubierto, de los que deben de ser mas habituales en Pekín. Empezamos a ver pisos que nos enseñan agentes. El primero que vemos en estado cerca de lamentable y lo que creemos que era líquenes en la ducha (por lo menos no se movían xD). Vamos subiendo de categoría y evidentemente de precios. Por la tarde seguimos viendo pisos. Después de cenar, vamos a un garito a tomar una copa. Nos ponemos en un reservado con sofás y nos da un poco de bajón, pero decidimos cambiar de sitio. Total, 2 sitios mas, recena y bollitos de desayuno típicos de camino y llegamos a las 6 de la mañana a casa. No se como lo hacemos pero llevamos casi otras 24 horas sin dormir...

Día 3: Más pisos!!

Evidentemente después de acostarnos a las 6 no madrugamos. Nos levantamos (los que podemos) a la 1 a comer al lado de casa. Ya después llamamos a algunos agentes y volvemos a ver algunos pisos. En esto encontramos unos casi enfrente de la oficina, nuevecitos, de las características que buscamos (salón-cocina, dormitorio y baño), precios aceptables y parece que será posible tener varios para que vivamos casi todos ahí. Cenamos cordero en un chino de la región de Sichuan, donde Fernando rechaza una proposición de bailar la danza del vientre y nos amenizan en directo con canciones de Juanes, Antonio Banderas y canciones de navidad (no preguntéis porque, nosotros también lo flipamos).

Primeras Semanas

Parece que fue ayer, pero hace ya dos semanas que andamos por tierras chinas, y empezamos a acostumbrarnos a la ciudad. Finalmente estamos ya todos con piso. Al final estamos 6 de los becarios viviendo en la misma torre, que no es que visualmente sea muy bonita (es un bloque de hormigón de mas de 20 alturas), pero los pisos están nuevos, estamos al lado de la oficina, hay un supermercado cerca y una de las zonas de bares está a cinco minutos andando, así que no me puedo quejar. Hasta hoy nuestra vida consistía en ir a clase de chino desde las 9 hasta las 4, ir a mirar pisos, cenar y sacar dinero del citibank para pagar los pisos. Ahora por fin ya descansamos algo por la tarde e incluso hemos empezado ha hacer turismo por la ciudad, ya que por ahora no se podía decir que había estado en Pekín. Hemos cenado ya en diferentes tipos de restaurantes, desde chinos, pasando por tailandeses, tibetanos, rusos, italianos, mejicanos... incluso hasta pinchitos de carne en la calle.